Desde el vientre del pez, Jonás siguió orando, suplicando a Dios y haciendo un voto de agradecimiento por la salvación que es del Señor.
No importanto cuánto hayamos avanzado en el amor, siempre hay lugar para amar más y más.
Dios questionó el enojo y los valores del profeta Jonás, quien estuvo enojado por la misericordia de Dios expresada a sus enemigos.
Aunque no podemos justificarnos cumpliendo la ley sino creyendo, la fe produce el amor, y el amor es el cumpliento de la ley.