La iglesia siempre es visible pero tiene aspectos invisibles desde nuestra perspectiva.
En respuesta a la primera queja de Habacuc, Dios anunció que haría una obra asombrosa.
Las viudas ya tuvieron abundante comida, pero todavía quedó por resolverse la continuación del linaje extinto de los hombres difuntos.
Al final, el profeta dejó su queja y recordó las obras de Dios en oración.