La iglesia siempre es visible pero tiene aspectos invisibles desde nuestra perspectiva.
La profecía de Hageo terminó con una promesa de restaurar el linaje del Rey David.
La presencia del Espíritu Santo en el creyente transforma su manera de vivir, librándolo de andar según la carne para andar según el Espíritu.
En la definición de la iglesia la doctrina tiene más peso que la estructura y la experiencia.