La iglesia siempre es visible pero tiene aspectos invisibles desde nuestra perspectiva.
La presencia del Espíritu Santo en el creyente transforma su manera de vivir, librándolo de andar según la carne para andar según el Espíritu.
Interpretada a la luz del evangelio, una antigua historia revela quiénes son los verdaderos hijos no solo de Abraham sino también de Sara.
Aunque el Señor va a venir como ladrón en la noche, no sorprenderá a los que son del día y no de la noche.