Los dos oficios de la iglesia son el anciano (también llamado obispo) y el diácono.
La vida y la muerte de Cristo satisficieron los justos requisitos de la ley de Dios.
No importanto cuánto hayamos avanzado en el amor, siempre hay lugar para amar más y más.
Los cristianos siempre se han aconsejado, pero recientemente la consejería bíblica se ha vuelto una profesión especializada.