Además de los atributos incomunicables que solo Dios posee, hay atributos comunicables que él comparte en una medida menos con los seres humanos.
Siendo hijos de Dios, los creyentes en Jesucristo disfrutan tres de los mismos privilegios que el Hijo de Dios tiene ante su Padre.
Aunque no fue escrito por Atanasio, el credo que lleva su nombre declara la cristología que uno tiene que creer para ser salvo.
La voluntad de Dios para los cristianos es nuestra santificación, particularmente en el área de la sexualidad.