Además de los atributos incomunicables que solo Dios posee, hay atributos comunicables que él comparte en una medida menos con los seres humanos.
La fe es el único y el apto instrumento de la justificación.
Cinco lamentaciones burlonas anunciaron la destrucción del opresor.
Entre el Credo de Atanasio y el Catecismo de Ginebra pasó todo un milenio, resumido en este episodio.