El Catecismo de Heidelberg sigue siendo uno de los más queridos entre cristianos reformados por su calidez y sensibilidad pastoral.
Al final, el profeta dejó su queja y recordó las obras de Dios en oración.
En contraste con teorías subjetivas sobre la muerte de Cristo, la Biblia enfatiza que objectivamente logró la salvación de los suyos.
Aunque era más exitoso que todos los falsos maestros, Pablo quiso gloriarse exclusivamente en la cruz de Cristo.