Si la muerte de Cristo aseguró la salvación de todos por los cuales murió, entonces concluimos que murió por su pueblo.
El apóstol Pedro denunció los falsos maestros de su día, quienes negaron al Señor que nos compró.
Sorprendentemente, Dios dio una segunda oportunidad a Jonás de servirle como predicador, una gran muestra de su gracia no sólo hacia Jonás sino también...
En el primer siglo, la iglesia expandió enormemente y sufrió sus primeras persecuciones.