En contraste con teorías subjetivas sobre la muerte de Cristo, la Biblia enfatiza que objectivamente logró la salvación de los suyos.
En los Salmos las naciones no sólo observan la gloria de Dios en Israel sino también son invitadas a alabarlo y servirlo.
Aunque no fue escrito por Atanasio, el credo que lleva su nombre declara la cristología que uno tiene que creer para ser salvo.
Para Cristo, la resurrección fue su justificación, adopción, santificación y glorificación.