Sorprendentemente, Dios dio una segunda oportunidad a Jonás de servirle como predicador, una gran muestra de su gracia no sólo hacia Jonás sino también hacia los ninivitas.
El profeta terminó su libro anunciando su plan de alegrarse en Dios aunque llegara la calamidad.
La fe es el único y el apto instrumento de la justificación.
La aparente demora de Jesús en regresar no es un problema para los cristianos sino una oportunidad.