Fueron muy sorprendentes las respuestas de los ninivitas a Dios y de Dios a los ninivitas, pero Dios actuó de acuerdo con su propia palabra.
Hay apoyo en el Nuevo Testamento para la inmersión, el derramamiento y el rociamiento como modos de bautismo.
En su relación tempestuosa con los Gálatas, Pablo demostró las características de un verdadero ministro del evangelio.
El templo no pudo efectuar una limpieza adecuada sino que señaló el medio de limpieza definitiva que era por venir.