Para entender el pecado bíblicamente, tenemos que definirlo con referencia a la ley de Dios.
Hay apoyo en el Nuevo Testamento para la inmersión, el derramamiento y el rociamiento como modos de bautismo.
Cuando falsos maestros proclaman errores sobre la venida del Señor, los cristianos no debemos alarmarnos o dejarnos engañar.
En la teología reformada, el pacto de gracia es el puente que conecta la antropología con la cristología, la pneumatología y la escatología.