Ya que Dios había cumplido muchas de sus promesas a Abraham, haciendo de sus descendientes una gran nación establecida en la Tierra Prometida, el Rey David pensó que era el momento indicado para construirle a Dios una casa. Dios tuvo otros planes y mucho más grandes. Estableció un pacto con David y con sus descendiente, prométiendole un reino eterno. Aunque nunca se realizó esta promesa durante la época del Antiguo Testamento, Jesus, el Hijo de David, está cumpliendo estas promesas en una forma mucho más grande de lo esperado.
El principal medio de gracia es la palabra de Dios predicada.
Cinco lamentaciones burlonas anunciaron la destrucción del opresor.
Pierina Curran nos señala ocasiones del estrés en las vidas de los personajes de la Biblia y algunos versículos que nos ayudan a manejarlo...