Ya que Dios había cumplido muchas de sus promesas a Abraham, haciendo de sus descendientes una gran nación establecida en la Tierra Prometida, el Rey David pensó que era el momento indicado para construirle a Dios una casa. Dios tuvo otros planes y mucho más grandes. Estableció un pacto con David y con sus descendiente, prométiendole un reino eterno. Aunque nunca se realizó esta promesa durante la época del Antiguo Testamento, Jesus, el Hijo de David, está cumpliendo estas promesas en una forma mucho más grande de lo esperado.
Hay cuatro posturas sobre el milenio: posmilenialismo, amilenialismo, premilenialismo histórico y premilenialismo dispensacionalista.
La resurrección de Cristo garatiza la resurrección del cuerpo en el día final.
La aparente demora de Jesús en regresar no es un problema para los cristianos sino una oportunidad.