Ya que Dios había cumplido muchas de sus promesas a Abraham, haciendo de sus descendientes una gran nación establecida en la Tierra Prometida, el Rey David pensó que era el momento indicado para construirle a Dios una casa. Dios tuvo otros planes y mucho más grandes. Estableció un pacto con David y con sus descendiente, prométiendole un reino eterno. Aunque nunca se realizó esta promesa durante la época del Antiguo Testamento, Jesus, el Hijo de David, está cumpliendo estas promesas en una forma mucho más grande de lo esperado.
En medio de los oráculos de juicio hay dos profecías que Jesús cumple.
No sólo murió y resucitó Cristo por los cristianos sino también los cristianos morimos y resucitamos con Cristo. El resultado de morir y resucitar...
En respuesta a la segunda queja del profeta, Dios anunció que el justo por su fe vivirá.