En su relación tempestuosa con los Gálatas, Pablo demostró las características de un verdadero ministro del evangelio.
En respuesta a la segunda queja del profeta, Dios anunció que el justo por su fe vivirá.
Después de una introducción a la carta de 2 Pedro, este primer episodio se enfoca en la presentación de Cristo como Dios y Salvador.
La justificación tiene dos aspectos: el perdón de los pecados y la imputación de la justicia de Cristo.