En los Salmos las naciones no sólo observan la gloria de Dios en Israel sino también son invitadas a alabarlo y servirlo.
La ascensión de Cristo es la culminación de su ministerio como Señor, Sacerdote y ser humano.
Siendo hijos de Dios, los creyentes en Jesucristo disfrutan tres de los mismos privilegios que el Hijo de Dios tiene ante su Padre.
La segunda de dos partes de la entrevista con Arturo Perez sobre su nuevo libro, "El problema soy yo"