En la conclusión de su carta, Pedro nos insta a crecer en gracia y en conocimiento del Señor.
Todos los beneficios de la redención se realizan en la glorificación.
El primer paso de la consejería bíblica es escuchar con atención para valorar lo que la persona está diciendo.
El día del Señor será no solo una destrucción universal sino también una renovación universal.