En la conclusión de su carta, Pedro nos insta a crecer en gracia y en conocimiento del Señor.
Dios nos ha concedido todo lo que necesitamos para vivir la vida cristiana y tener comunión con él.
Interpretada a la luz del evangelio, una antigua historia revela quiénes son los verdaderos hijos no solo de Abraham sino también de Sara.
Dios Padre levantó a Cristo corporalmente por el poder del Espíritu Santo.