Si queremos vivir en los cielos nuevos y la tierra nueva en el futuro, ahora es el momento de prepararnos acá para el estilo de vida de allá.
La presencia del Espíritu Santo en el creyente transforma su manera de vivir, librándolo de andar según la carne para andar según el Espíritu.
Al recibir buenas noticias de los tesalonicenses, los misioneros volvieron a vivir.
Todos los beneficios de la redención se realizan en la glorificación.