Como todos los cristianos, Pablo fue apartado por la gracia de Dios y llamado por la misma gracia. El efecto de esta elección y este llamado es una vida transformada para la gloria de Dios.
La imagen de Dios no es un aspecto de Dios o del ser humano sino el ser humano mismo.
Después de escuchar el plan de Dios, el profeta Habacuc se atrevió a decirle a Dios que no debía hacer eso.
En dos listas tenemos, por un lado, los resultados de vivir según la carne y, por el otro lado, de vivir según el Espíritu.