El templo no pudo efectuar una limpieza adecuada sino que señaló el medio de limpieza definitiva que era por venir.
Juan Calvino escribió una breve introducción a su teología, la cual después convirtió en el Catecismo de Ginebra.
Aunque Jonás había experimentado la misericordia de Dios, no quiso que Dios tuviera misericordia de los ninivitas.
Al final, el profeta dejó su queja y recordó las obras de Dios en oración.