Dios prometió que la gloria posterior de su templo sería mayor que su gloria pasada.
Hay apoyo en el Nuevo Testamento para la inmersión, el derramamiento y el rociamiento como modos de bautismo.
Por medio de la adopción, Dios Padre nos otorga el mismo privilegio de ser hijos que Jesucristo disfruta.
Al usar el Antiguo Testamento ampliamente, el Nuevo Testamento nos demuestra principios de interpretación.