Dios convirtió pasitos de fe y de obediencia en una bendición enorme.
Por medio del profeta Hageo Dios cuestionó las prioridades de su pueblo.
En su última denuncia de los falsos maestros, Pablo contrasta el mensaje de ellos con el mensaje de la cruz.
El templo no pudo efectuar una limpieza adecuada sino que señaló el medio de limpieza definitiva que era por venir.