Siendo hijos de Dios, los creyentes en Jesucristo disfrutan tres de los mismos privilegios que el Hijo de Dios tiene ante su Padre.
Difícilmente un esclavo liberado buscaría volver a la esclavitud, pero es común cambiar una religión esclavizante por otra.
En dos listas tenemos, por un lado, los resultados de vivir según la carne y, por el otro lado, de vivir según el Espíritu.
Una palabra del Señor reveló el orden de los eventos que sucederán cuando él venga.