Siendo hijos de Dios, los creyentes en Jesucristo disfrutan tres de los mismos privilegios que el Hijo de Dios tiene ante su Padre.
El primer estado del ser humano fue de inocencia, el cual incluyó algunas instituciones fundamentales y una prueba especial.
En la conclusión de su carta, Pedro nos insta a crecer en gracia y en conocimiento del Señor.
Pierina Curran nos señala ocasiones del estrés en las vidas de los personajes de la Biblia y algunos versículos que nos ayudan a manejarlo...