Dos pruebas de la doctrina de justificación por sola fe son la misma experiencia de los Gálatas y el ejemplo de Abraham.
Cuando falsos maestros proclaman errores sobre la venida del Señor, los cristianos no debemos alarmarnos o dejarnos engañar.
Tanto la fe como el arrepentimiento son necesarios y al mismo tiempo acciones humanas y regalos de Dios.
La iglesia siempre es visible pero tiene aspectos invisibles desde nuestra perspectiva.