El profeta terminó su libro anunciando su plan de alegrarse en Dios aunque llegara la calamidad.
Siendo hijos de Dios, los creyentes en Jesucristo disfrutan tres de los mismos privilegios que el Hijo de Dios tiene ante su Padre.
Las señales del fin tienen el propósito de mantenernos siempre preparados.
El Catecismo de Heidelberg sigue siendo uno de los más queridos entre cristianos reformados por su calidez y sensibilidad pastoral.