El primer credo declarativo acarca del cual tenemos conocimiento fue el Antiguo Credo Romano.
Los dos estados de Cristo son su humillación y su exaltación.
El credo que llamamos el Niceno probablemente fue una ampliación del Credo de Nicea realizada por el Concilio de Constantinopla.
Como hijos del día, tenemos que vivir en una forma alerta y sobria, armados de fe, amor y esperanza.