El Credo de los Apóstoles fue un desarrallo posterior del Antiguo Credo Romano.
Por medio del profeta Hageo Dios cuestionó las prioridades de su pueblo.
En la definición de la iglesia la doctrina tiene más peso que la estructura y la experiencia.
Hubo varias persecuciones por parte del Imperio Romano contra los cristianos durante los siglos dos, tres y cuarto.