Hay dos disciplinas relacionadas y complementarias: la teología bíblica y la teología sistemática. Las dos se enfocan en el conocimiento de Dios, pero sus principios organizadores son diferentes. La primera se organiza históricamente, mientras la segunda se organiza alrededor de temas.
Aunque los Evangelios mantienen un enfoque en Israel, al mismo tiempo enfatizan el propósito de Jesús de extender su salvación a todas las naciones.
En su relación tempestuosa con los Gálatas, Pablo demostró las características de un verdadero ministro del evangelio.
Pedro describió el carácter, los métodos y el fin de los falsos maestros para advertirnos del peligro de volver al lodo.