Las señales del fin tienen el propósito de mantenernos siempre preparados.
En su relación tempestuosa con los Gálatas, Pablo demostró las características de un verdadero ministro del evangelio.
Los cristianos pueden estar seguros de su elección y de su entrada en el reino eterno de Cristo.
La profecía de Hageo terminó con una promesa de restaurar el linaje del Rey David.