En los dos testamentos la justificación es la declaración de justicia ante la autoridad legal.
El primero pecado de los primeros humanos hundió la raza human en el estado de pecado.
El apóstol Pedro denunció los falsos maestros de su día, quienes negaron al Señor que nos compró.
La presencia del Espíritu Santo en el creyente transforma su manera de vivir, librándolo de andar según la carne para andar según el Espíritu.