La falta de satisfacción en nuestras vidas puede ser por prioridades equivocadas.
No importanto cuánto hayamos avanzado en el amor, siempre hay lugar para amar más y más.
La presencia del Espíritu Santo en el creyente transforma su manera de vivir, librándolo de andar según la carne para andar según el Espíritu.
Además de la palabra, los sacramentos son medios de gracia.