Por medio de la adopción, Dios Padre nos otorga el mismo privilegio de ser hijos que Jesucristo disfruta.
Dios nos ha concedido todo lo que necesitamos para vivir la vida cristiana y tener comunión con él.
Mientras la Moabita Rut demostró fe y amor, su suegra israelita Noemí expresó amargura, porque consideró que Dios estaba en su contra.
La regeneración es la implantación de vida en la persona para que pueda responder a Dios positivamente.