La iglesia en Tesalónica nació en medio de oposición, recibiendo y continuando en necesidad de la gracia y la paz de Dios.
Como advertencia para los falsos maestros y consuelo para los cristianos, Pedro demostró que el Señor sabe juzgar y rescatar.
La historia nos enseña lecciones importantes sobre los costos, las bendiciones y el fin de las misiones.
Dios nos ha concedido todo lo que necesitamos para vivir la vida cristiana y tener comunión con él.