En su efusivo agradecimiento por la iglesia en Tesalónica, los autores describieron una iglesia digna de ser imitada.
La presencia del Espíritu Santo en el creyente transforma su manera de vivir, librándolo de andar según la carne para andar según el Espíritu.
El juicio final evaluará y recompensará las obras de cada uno.
El Catecismo Mayor amplia sobre los temas cubiertos concisamente en el Catecismo Menor.