En su efusivo agradecimiento por la iglesia en Tesalónica, los autores describieron una iglesia digna de ser imitada.
                        
                    Cinco lamentaciones burlonas anunciaron la destrucción del opresor.
                        
                    Si los judíos no pueden ganar el favor de Dios por medio de obediencia a su ley, ¡cuánto más obvio es que los gentiles...
                        
                    Como la promesa y la ley son distintas categorías y funcionan independientemente, la salvación tiene que ser o por promesa o por ley.