Como la promesa y la ley son distintas categorías y funcionan independientemente, la salvación tiene que ser o por promesa o por ley.
En medio de los oráculos de juicio hay dos profecías que Jesús cumple.
Los estados finales de los ángeles y de los humanos son para la gloria de Dios.
Nuestra confesión de fe provee la primera razón por mantener la esperanza cuando otros cristianos mueren.