Si la ley no abroga la promesa y no salva, ¿para qué la dio Dios? En Gálatas 3:19-25, Pablo da una respuesta a esta pregunta.
En el llamamiento interno o eficaz Dios nos persuade a arrepentirnos y creer en Cristo.
En el vientre del pez, Jonás bajó una cuarta vez, y desde el fondo del már, oró al Señor, reconociendo que Dios lo había...
Los dos oficios de la iglesia son el anciano (también llamado obispo) y el diácono.