Entre el Credo de Atanasio y el Catecismo de Ginebra pasó todo un milenio, resumido en este episodio.
En los Salmos las naciones no sólo observan la gloria de Dios en Israel sino también son invitadas a alabarlo y servirlo.
En respuesta a la primera queja de Habacuc, Dios anunció que haría una obra asombrosa.
Los cristianos pueden estar seguros de su elección y de su entrada en el reino eterno de Cristo.