Los capítulos 14-18 de la Confesión de Fe de Westminster cubren la salvación vista desde el lado humano.
Aunque no fue escrito por Atanasio, el credo que lleva su nombre declara la cristología que uno tiene que creer para ser salvo.
En los dos testamentos la justificación es la declaración de justicia ante la autoridad legal.
Como respuesta a la amenaza del Arrianismo, el Concilio de Nicea formuló el Credo de Nicea.