En la segunda institución del Pacto de gracia, Dios anunció grandes promesas a Abraham y por medio de él a todas las naciones. Además, Dios se puso bajo la amenaza de muerte en caso de no cumplir sus promesas. Aunque Dios sí cumplió todas sus promesas, en la persona de Jesucristo cayó bajo el castigo de la muerte. Por medio de la muerte de Jesus, las bendiciones prometidas a Abraham están llegando a las naciones.
Aunque no fue escrito por Atanasio, el credo que lleva su nombre declara la cristología que uno tiene que creer para ser salvo.
Como la promesa y la ley son distintas categorías y funcionan independientemente, la salvación tiene que ser o por promesa o por ley.
Aunque no podemos justificarnos cumpliendo la ley sino creyendo, la fe produce el amor, y el amor es el cumpliento de la ley.