Después de decirnos lo que Dios nos ha concedido, Pedro nos insta a aplicar toda diligencia para crecer en nuestra fe.
La vida y la muerte de Cristo satisficieron los justos requisitos de la ley de Dios.
En el vientre del pez, Jonás bajó una cuarta vez, y desde el fondo del már, oró al Señor, reconociendo que Dios lo había...
Aunque es cansado persistir en hacer el bien, existe la promesa de cosechar beneficio si no nos desmayamos.