Los cristianos pueden estar seguros de su elección y de su entrada en el reino eterno de Cristo.
En la santificación el Espíritu Santo hace que los creyentes mueran al pecado y vivan para el Señor.
Las señales del fin tienen el propósito de mantenernos siempre preparados.
Al final, el profeta dejó su queja y recordó las obras de Dios en oración.