El primer paso de la consejería bíblica es escuchar con atención para valorar lo que la persona está diciendo.
Demostramos el fruto del Espíritu restaurando al hermano caído en pecado.
No importanto cuánto hayamos avanzado en el amor, siempre hay lugar para amar más y más.
Además de la palabra, los sacramentos son medios de gracia.