Enfocándose en su misión de hacer discípulos, la iglesia capacita a los cristianos para perseguir sus vocaciones en el mundo.
Juan Calvino escribió una breve introducción a su teología, la cual después convirtió en el Catecismo de Ginebra.
Siempre ha habido breves declaraciones de fe, las cuales anticiparon los credos de la iglesia.
Aunque denuncian la maldad de las naciones, los profetas también proclamaron la eventual inclusión de las naciones en la salvación de Dios.