La imagen de Dios no es un aspecto de Dios o del ser humano sino el ser humano mismo.
La iglesia en Tesalónica nació en medio de oposición, recibiendo y continuando en necesidad de la gracia y la paz de Dios.
Por medio del profeta Hageo Dios cuestionó las prioridades de su pueblo.
La fe es el único y el apto instrumento de la justificación.