La imagen de Dios no es un aspecto de Dios o del ser humano sino el ser humano mismo.
Para entender el pecado bíblicamente, tenemos que definirlo con referencia a la ley de Dios.
En la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo para que nosotros fuéramos hechos también hijos de Dios por medio de la adopción.
Los estados finales de los ángeles y de los humanos son para la gloria de Dios.