El Credo de Calcedonia se enfoca en la cristología, rechazando varias herejías para confirmar la fe nicena.
                        
                    El Credo de los Apóstoles fue un desarrallo posterior del Antiguo Credo Romano.
                        
                    En el primer siglo, la iglesia expandió enormemente y sufrió sus primeras persecuciones.
                        
                    Después de notar que tan poco el pueblo había logrado, Dios lo reanimó con su presencia.