La Cena del Señor es no sólo una conmemoración sino también comunión con Cristo.
La imagen de Dios no es un aspecto de Dios o del ser humano sino el ser humano mismo.
Los cristianos pueden estar seguros de su elección y de su entrada en el reino eterno de Cristo.
En su última denuncia de los falsos maestros, Pablo contrasta el mensaje de ellos con el mensaje de la cruz.