Una pregunta que solo los seres humanos hacemos es: ¿qué somos nosotros? Para entendernos, el salmista primero contempla la grandeza de Dios y luego lo pequeño y lo glorioso de los seres humanos. Citando este salmo, el Nuevo Testamento revela su máximo cumplimiento en el Hijo de Dios, quien se hizo uno de nosotros.
Como respuesta a la amenaza del Arrianismo, el Concilio de Nicea formuló el Credo de Nicea.
El credo que llamamos el Niceno probablemente fue una ampliación del Credo de Nicea realizada por el Concilio de Constantinopla.
La creación no solo es un hecho histórico y un artículo de fe sino también la fuente de toda una cosmovisión para la vida.