Una pregunta que solo los seres humanos hacemos es: ¿qué somos nosotros? Para entendernos, el salmista primero contempla la grandeza de Dios y luego lo pequeño y lo glorioso de los seres humanos. Citando este salmo, el Nuevo Testamento revela su máximo cumplimiento en el Hijo de Dios, quien se hizo uno de nosotros.
Entre las dos venidas de Cristo, hay un traslape de esta edad y la edad venidera.
El ser humano es una unidad que es esencialmente cuerpo y alma (o espíritu).
Si la ley no abroga la promesa y no salva, ¿para qué la dio Dios? En Gálatas 3:19-25, Pablo da una respuesta a esta...