Jesucristo cumplió los tres oficios del Antiguo Testamento: profeta, sacerdote y rey.
Nuestra confesión de fe provee la primera razón por mantener la esperanza cuando otros cristianos mueren.
El primer estado del ser humano fue de inocencia, el cual incluyó algunas instituciones fundamentales y una prueba especial.
Desde el vientre del pez, Jonás siguió orando, suplicando a Dios y haciendo un voto de agradecimiento por la salvación que es del Señor.