Jesucristo cumplió los tres oficios del Antiguo Testamento: profeta, sacerdote y rey.
Entre el Credo de Atanasio y el Catecismo de Ginebra pasó todo un milenio, resumido en este episodio.
No sólo murió y resucitó Cristo por los cristianos sino también los cristianos morimos y resucitamos con Cristo. El resultado de morir y resucitar...
Aunque no podemos justificarnos cumpliendo la ley sino creyendo, la fe produce el amor, y el amor es el cumpliento de la ley.