En respuesta a la tercera amenaza al bienestar de la iglesia, los autores instaron a los tesalonicenses a trabajar diligentemente y a confiar en Cristo.
Dios nos ha concedido todo lo que necesitamos para vivir la vida cristiana y tener comunión con él.
Dios convirtió pasitos de fe y de obediencia en una bendición enorme.
Aunque no podemos justificarnos cumpliendo la ley sino creyendo, la fe produce el amor, y el amor es el cumpliento de la ley.