El primer estado del ser humano fue de inocencia, el cual incluyó algunas instituciones fundamentales y una prueba especial.
En su descripción y defensa de su ministerio, Pablo y sus compañeros nos dan un retrato de minstros fieles.
Siempre ha habido breves declaraciones de fe, las cuales anticiparon los credos de la iglesia.
Siendo hijos de Dios, los creyentes en Jesucristo disfrutan tres de los mismos privilegios que el Hijo de Dios tiene ante su Padre.